viernes, 16 de noviembre de 2018

Monólogo causado por ahogarse con un Piel Roja mientras veía por quinta vez Kill Bill, en lugar de leer a Borges.


Si me dijeran que describiese la Candelaria en una palabra, sin dudar, sin cruzar los dedos o parpadear, respondería: humo. Y es que el humo es como el agua: da vida y la quita.
Esos soldaditos de la muerte; esos tubitos con el apache guiñando el ojo en la punta, han sido mis compañeros más fieles los últimos años, a pesar de que le vayan quitando piedras a mi reloj de arena. Me acompañan del crepúsculo al ocaso, dibujando figuritas que me ayudan a matar el tiempo, y le echan una manito al tiempo para matarme a mí.
El humo difumina la vista de la plazoleta y las palomas, que ingenuas, se tragan las cenizas; me hacen pensar en la implosión de un ave fénix. El bastón y la barba me hacen singular en el paisaje de todos los días pero el tubito apache me acerca a todos aquellos que todavía tienen a Cronos de amigo.
Entre esos muchachos soy un tal Pai Mei o el maestro Roshi, muchos otros algo prepotentes me andan confundiendo con la reencarnación con un tipo llamado Aristóteles. En todo caso me gustan más los primeros, muy orientales, digo me gusta el oriente en otras palabras Japón por una razón sencilla: las bombas.
Esos setenta años de Hiroshima y Nagazaki le dan ideas a un tipo envejecido y es que a veces ¿No les da esa sensación de armar una bomba para volar un pedacito del centro? Digo como para acabar con todo ese legado del Opus Dei, estoy seguro de que a veces las bombas ayudan a un nuevo génesis, obviamente con una etapa principal de éxodo, pues como dicen por ahí “hay que destruir para volver a construir”. Así como Shih Huang T, yo quisiera que la historia empezara desde mi barba, anotar un cuadrangular con mi bastón y una granada... Ya se me quemó el apache, y moverme resulta complejo y tormentoso desde el bolardo, le pediré el favor a un niño de estos de que me compre otro.

jueves, 29 de marzo de 2018

VIERNES SANTO


Ricardo sentía que su erección iba a destrozarle los boxers, así que empujó a Ángela en la cama y comenzó a arrancarle la ropa. Ella lo frenó, pues le habían enseñado desde muy pequeña que la pasión y muerte de Jesucristo debía conmemorarse con respeto y virtud. Ricardo la convenció de continuar; el Señor no verá esto con desprecio, es un acto de amor, le dijo. Al momento del orgasmo los ojos de  Ángela se pusieron en blanco y cayó desmayada sobre el pecho de su amante.
En la mañana Ricardo sintió la necesidad de ir al baño, pero no lograba apartar el cuerpo de Ángela. Pasaron toda la mañana intentando separarse, pero fue inútil. Ahora debían pensar en qué explicación darían para no realizar la Eucaristía del Sábado en la noche.

miércoles, 28 de marzo de 2018

JAGUART (Poetic art)


Una ráfaga de astros 
salpica de tinta el papel:
es un felino que relata
los universos en su piel.

Desencantado sobre un árbol
en otoño permanente;
bajó con la agilidad de un rayo
en un impulso vehemente.

 
Dejó atrás el paraíso verde,
pisó los suelos agrietados
y conoció un  infierno inerte
de muros pintados.

Se le tiñó el pelaje de historias:
Constelaciones de prosa…

Los zarpazos van sin métrica,
él apenas sabe contar piedras;
ritmo: solo el que ha escuchado
al oír gritar a sus presas.

En la selva es depredador,
en la calle una fiera digna de temor;
en el papel coleccionista de mundos
y entre las palabras cazador.

martes, 30 de enero de 2018

EPIFANÍAS

Miguel Ángel  tomó el bus para su casa, una vez más malhumorado e indeciso. Llevaba unos dos años esperando a que Camila regresara con él. Miró por la ventana buscando dejarle sus problemas al cúmulo de edificios que iluminaban la ciudad, mientras el ruido de las puertas automáticas se abría en una parada sin importancia; un muchacho de buzo rojo y con la capucha puesta se sentó a su lado.

Un par de paradas después, el muchacho del buzo rojo puso su mano en el hombro de Miguel  Ángel y le dijo <<Ya es hora de dejarla ir>>, luego salió del bus y se  perdió entre la gente. Miguel Ángel llegó a su casa y, guiándose por el impulso místico de aquella señal del destino llevada a él por un desconocido, decidió escribirle a Camila un mensaje definitivo de despedida y la bloqueó de todas sus redes sociales.


Al día siguiente el muchacho del buzo rojo abordó el bus en una estación cercana al centro y se acomodó en un puesto al lado de un viejo: <<Ya es hora de dejarla ir>>, le dijo y descendió en la siguiente parada.

domingo, 21 de enero de 2018

…FAITHLESS

Ayer es una palabra utópica.

La magia que encontré en el mundo se ve con una bruma de incienso negro, un espectáculo falso: la magia del mundo es una mentira. La luna es un pedazo de icopor corroído que adornó alguna vez la maqueta de un niño tonto, se pavonea con una fingida grandeza por el cielo, ante los ojos humanos porque el resto de astros no la toman en serio.

El sol es una estrella olvidada de cine, que necesitan los viejos y los optimistas para disfrazar de dorado sus días en obra negra; la lluvia deja de ser un milagro para causar tragedias por ser saliva del diablo. Los árboles son cegadores espectros de monstruos petrificados.


El poeta cambió su lápiz por una navaja, la tinta no satisface su deseo de sangre; los escritos que le sirvieron para ganarse un mérito, hoy son menos valiosos que él. La vida es un film de bajo presupuesto con un guión improvisado que no tiene otro sitio que el anaquel de un perdedor.