viernes, 17 de mayo de 2019

Urbanalidades


Mientras todos van de fiesta
me he quedado sepultada entre mi balcón y la luna,
callada,
masturbándo a las luces eléctricas:
la ciudad gime estruendo de bares,
de pasos que buscan la nada,
de heridas de ruedas en las calles,
de sabor a cerveza,
de olor a humo extinto,
de volumen desvanecido
que hace más ténue
el anaranjado orgasmo de la madrugada,
mientras los grisáceos jardines,
sienten en la cara 
el rocío de su placer. 


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